"Este fenómeno es ocasionado por diversos factores, aunque suele ser muy común en mujeres jóvenes y delgadas. Según investigaciones recientes, por alguna razón los vasos sanguíneos de las mujeres responden de manera diferente a los de los hombres. Cuando nos sentimos fríos se debe a que existe una menor cantidad de sangre que va de manos a pies; una solución para evitar este problema es mantener el torso y la cabeza calientes para que el cuerpo irrigue más sangre a las extremidades. Sin embargo, si tus manos o pies se tornan blancos, azules o rojos con el frío, es recomendable que visites a tu médico de inmediato, pues podría tratarse de un problema de tiroides o síndrome de Raynau, una enfermedad que produce espasmos en los vasos capilares de los dedos de pies y manos y restringe el flujo sanguíneo." Tomado de: Revista Prevention.
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